terça-feira, 12 de janeiro de 2010

Conto de Natal (5): El Laucha por Paula Alajarin

Nació en el Hospital la madrugada del 25 de diciembre. Le dicen Laucha, pero se llama Diego Jesús, obviamente. Él oculta con gracia adolescente su Segundo nombre, y te explica, cuando está en confianza, porqué se lo pusieron.

Parece que el parto fue bravo. Mientras su mamá, que era casi una niña, peleaba por pujar, la abuela prometió que si el chiquito salía bien se iba a llamar Jesús. Fue larga esa Nochebuena en los pasillos del hospital, movidita, como siempre en las Fiestas. Y ahí estaban, su abuela, pidiendo a la Virgencita, su mamita, haciendo fuerza y Dieguito, queriendo nacer. Y salió nomás, flaquito y largo, y eso le queda hasta hoy, por eso es el Laucha.

La mamita dijo es Dieguito, como su amor, y la abuela dijo, no, es Jesús, porque se lo prometí a la Virgencita. Fue la única vez que la abuela tuvo que ceder, porque la mamita defendió el nombre de su amor con la fuerza que todavía le venía del pujo, así que Jesús quedó de segundo nombre. Igual, casi, casi no importa, porque él, es el Laucha.

Tiene 19 ahora, pero parece más, lo cual le viene bárbaro según él por una razón fundamental: las minas grandes le dan bola.

Es duro, en serio. Te lo dice la forma de andar, la manera de mirar, pero sobre todo te lo dice el resto. Porque tiene una forma de ser duro muy particular, tiene un carisma innato. Porque el Laucha es así, él entra y lo que sea que esté sucediendo, empieza a suceder alrededor suyo, aunque no haya abierto la boca, aunque no sea su estilo pavonearse.

Tiene unos ojos negros profundos en donde se cuelan 10 matices diferentes de mirar.

El Laucha es secote, salvo cuando juega a la pelota. La alegría se le apodera del cuerpo y parece otro pibe.

Es duro, en serio. Después de él vinieron las tres hermanas, con la pareja nueva de su mamá, un santiagueño buenazo, laburante, que lo quiere al Laucha como suyo y así lo crió, aunque no fue fácil. Muchos chicos, poca plata. Hace seis años, cuando nació la más chiquita, el parto se complicó otra vez y la mamá falleció a los pocos días de parir, con una infección mal atendida o agarrada tarde. La abuela no pudo superarlo y perdió la energía de trueno que siempre tuvo. Se ocupa de las cosas de la casa y de las nenas, cuando no se extravía en el sopor.

Ahí el Laucha se les escurrió, y se endureció. Se le turbó la mirada para siempre, la sonrisa despreocupada y fresca quedó para los goles y empezó a andar a las patadas con el mundo. A la escuela empezó a correrle el cuerpo y cuando iba estaba intratable. Así anduvo, haciendo doble cada año por las faltas, porque no estudiaba, porque se mandaba unas trastadas importantes.

Así anduvo hasta que no anduvo más y colgó el guardapolvo (o vaya uno a saber donde lo puso). La abuela y el padre no supieron más qué hacer o no pudieron. Quedaron la calle, los rebusques para sus gastos, los bailes y los pibes. A la escuela seguía yendo todos los días a buscar a las hermanas, las dejaba en su casa (para que ningún gil se zarpe, dice, y la verdad es que con él de chaperón, eso no va a suceder) y después volvía a pararse en la esquina, en el kiosco, a tomar cerveza y ver pasar chicas.

De paso también cuidaba la relación de los pibes con la escuela, ahora que él no estaba adentro saludaba por el nombre a cada docente, y ubicaba al que se pasara de la raya un poco. Cada tanto entraba algún profe al colegio y comentaba que estaba Diego afuera en la esquina, una lástima este pibe, es inteligente y no es malo, y ahora se la pasa sin hacer nada...

Marzo. Con el calor el barrio vive en la calle. Los pibes más. Pero este marzo, el Laucha dejó la esquina, al menos por un rato. Se apareció el primer día de clase y dijo que quería venir a la noche a terminar el secundario. No dijo más y arrancó. Después, más en confianza, como en mayo, contó. Tiene una novia dos años más grande que lo marca de cerca, y está embarazada. Necesita laburar en serio porque lo de su padre no alcanza para tantas bocas y a ella su familia no le habla desde que se enteraron del bebé. Está preocupado porque las hermanas tienen que volver solas a la casa, pero anda un poco mejor con su viejo.

Se queja en broma del carácter de su novia, pero volvió a la escuela. Le va muy bien, es un lúcido. Terminó de leer su primer libro este año, Operación Masacre, de Walsh, que le recomendó un profe y fue a buscar medio de incógnito a la biblioteca de la escuela. Sí, está bueno, concedió.

Sigue secote, aunque cuando habla de su futuro hijo se le cuela un brillo especial en la mirada, y algo se le transforma en la sonrisa.

Se llama Diego Jesús, le dicen el Laucha. Tiene un carisma innato. Nació la madrugada de un 25 de diciembre, en un hospital del conurbano.+ (PE)

Fonte:
PreNot 8646 de 28/12/2009

Conto de Natal (4): Buenas Noches, Soy Jesús de Juan Carlos Dido

Lo dijo con total naturalidad, parado junto a la puerta que abrió suavemente. Sus palabras interrumpieron súbitamente la fiesta de Navidad.

-Buenas noches, soy Jesús.
Una túnica clara, sandalias y una vincha que sujetaba la larga cabellera constituían toda la vestidura del personaje que se presentó imprevistamente y suspendió en un cortante silencio y una férrea inmovilidad a todos los que participaban del festejo.

La parálisis duró pocos segundos, hasta que uno se atrevió a intervenir.
-Ché, este debe ser el mismo que el año pasado se disfrazó de Papá Noel. ¿Se acuerdan? Fue muy gracioso.
-Claro, seguro, tiene que ser el mismo –gritaron todos a coro, sacudiéndose la sorpresa inicial.
-Yo no me disfrazo –aclaró el visitante sin irritarse. –Soy el mismo de siempre.
-¡Qué grande flaco! Este no solo se disfrazó de Cristo, también tiene respuestas para identificarse con el personaje.
-Es maravilloso. Así que sos Jesús, o Cristo, o Jesucristo, el Señor y Salvador, bah...
-Ustedes lo han dicho.
-Y claro que lo decimos nosotros.
-Te confesamos que el efecto de tu estratagema es extraordinario. Sos idéntico a los dibujos de las estampitas y las figuras de muchos cuadros famosos.
-¡Qué gracioso! ¡Quién hubiera dicho, Jesús viejo y peludo!
-¿Y qué andás haciendo por aqui?
-Decidí presentarme en mi fiesta. ¿Acaso no están celebrando mi venida?
-Claro, flaco, tenés razón. Aquí está el árbol adornado y abunda la bebida y la comida.
-Yo soy el pan de vida y el agua viva. El que come y bebe esto no tendrá hambre ni sed jamás.
-¿Oyeron, oyeron? Ni hambre ni sed. Está totalmente chapita. ¡Viva la Navidad, viva la alegría! Traigan más sidra, champán y pan dulce.
-Vení, mirá, Jesús, este árbol es verdadero. No quisimos colocar uno de plástico importado. Este es un tronco de pino natural, es un árbol de Navidad ecológico, nada de imitaciones.
-Bueno, ¿a qué viniste? No vas a decir que nos aplicarás el castigo eterno (carcajadas, gritos, burlas).
-Vine a cumplir.
-Vino a cumplir. ¿Escucharon? A cumplir. Me parece que vos traés una curda de novela.
-Tomá, tomá otra copa y comé un cacho de pan dulce; dale, divertite con nosotros.
Gritá, gritá: ¡viva la Navidad, viva Jesús!
-Bienaventurados los que lloran.
-Pero qué estás diciendo, flaco. Aquí nadie llora. ¿No ves que estamos todos muertos de risa y de placer? ¿Por qué o por quién vamos a llorar?
-Bienaventurados los pobres.
-¿De qué pobres estás hablando, loco? Dejá a los pobres en las villas miseria o en los asilos. Aquí todos tenemos cierto nivel. Dejate de tirar pálidas y divertite. La navidad es para divertirse.
-Bienaventurados los de limpio corazón.
-Huyyy...los de limpio corazón. Esta es la época de los trasplantes y vos venís a hablar de limpio corazón. Tenemos que reconocer que te aprendiste bien el papel.
-Creen en Dios, crean también en mí.
-Esa sí es una frase bárbara. Sí, sí, todos los que estamos acá creemos en vos, creemos que sos un tipo que no se encuentra en sus cabales, que quiso hacer una broma, que se disfrazó de Jesús, quiso ser original, realizar una actuación... cómo se llama... la psicología tiene un nombre para este juego...
-¿Hay aquí algún samaritano?
-¿Pero qué tontería es esa, flaco? ¿No te parece que te estás pasando? A ver, sí, mirá, aquí hay uno; ché Raúl, te llama el flaco. Raúl es Samaritano... de apellido.
-¿Hay aquí algún hijo pródigo?
-Pero viejo, esa clase de hijo no existe aquí ni en ningún lado. Se ve que vos no sos de este mundo.
-¿Quiénes trabajan en la viña?
-Por Dios, este sí que está loco de remate. ¿Pero no sabés los problemas que hay con la desocupación? Mirá, muchos de los que están acá son patrones que hacen trabajar a otros; algunos viven de renta, que es casi lo mismo; unos cuantos son ñoquis y el resto tiene una profesión o un oficio y nada más. Trabajar en la viña ¿a quién se le ocurre?
-Arrepiéntanse, cambien de actitud.
-Arrepentirnos de qué. Cambiar de actitud ahora que estamos en plena celebración de la navidad, que nos podemos olvidar de los problemas; por favor, flaco... y preparate que dentro de un rato vienen los cohetes. No te imaginás los petardos y rompeportones que trajimos. ¡Viva la navidad, viva la alegría! Esta es la pura verdad, loco.
-Yo soy el camino, la verdad y la vida.
-¿Oyeron, oyeron? Está rayado del todo.
-¿Sabés lo que vamos a hacer con vos, flaco? Ya que sos Jesús, te vamos a poner en el árbol de Navidad, como un adorno viviente.
-¡Sí, sí, en el árbol, en el árbol!
Entre gritos, burlas, golpes y apretujones lo arrastraron hasta el árbol y lo alzaron a la parte más alta, sujetándolo con los cables de las luces multicolores.
-¡Viva la navidad, viva el Salvador!
Quedó con los brazos en cruz y la mirada hacia el cielo. Aunque las dijo en un susurro, todos entendieron sus últimas palabras:
-Padre, de nuevo te encomiendo mi espíritu; pero esta vez no los perdones, porque ahora sí saben lo que hacen.

Entonces comenzaron las explosiones. Primero fueron los cohetes y los petardos y las bengalas. Después los rayos, los truenos, los relámpagos, los fuegos, los terremotos, los volcanes, los tornados, los maremotos, los huracanes...

Muchos clamaban perdón y misericordia, pero Jesús, crucificado en el árbol de Navidad, ya no podía escucharlos.+ (PE)

(*) Juan Carlos Dido, comunicador, es miembro de la Iglesia Metodista de Flores, Buenos Aires. Escritor, publicó numerosos artículos y libros. Entre estos Identikit de los argentinos; Fábula en la literatura argentina; Como hablar bien en público; Fabulas urbanas.


Fonte:
PreNot 8640 de 23/12/2009

segunda-feira, 11 de janeiro de 2010

Conto de Natal (3): Cuando la Navidad detuvo la guerra.

Escuchar los villancicos, me recuerdan los buenos momentos y las buenas historias...


En Ypres, la Noche de Navidad, hubo luna llena. La tierra helada refulgía con blancuzco resplandor. Normalmente aquella hora, en aquel sector importante del frente, la Tierra de Nadie se llenaba de figuras sombrías que corrían, unos en labor de reconocimiento, otros tratando de recuperar a sus heridos y a sus muertos.


Esporádicamente, los llanos y feos sembradíos de nabos de Flandes eran iluminados por luces de Bengala. Aquella noche, en cambio, una calma parecía flotar en el aire diáfano. Se advirtió una luz en el este, encima de las trincheras alemanas, demasiado baja para ser una estrella. Para la sorpresa de los ingleses nadie disparara contra ella.


Apareció entonces otra luz. Y luego otra. De pronto hubo luces a lo largo de las trincheras enemigas, hasta donde se alcanzaba ver. “¡Dios mío! ¡Los alemanes tienen árboles de Navidad!”, gritaron los británicos. Entonces, de una trinchera alemana a no más de 50 metros, el coro de voces de barítono jamás oído, empezó a entonar “Noche de Paz, Noche de Amor”.


Al terminar el villancico, todo el regimiento vitoreó a los alemanes y cantó a coro “La Primera Navidad”. Aquella mutua serenata duró una hora, interrumpida por gritos de “¡Vengan a vernos!” y “¡No, tú ven aquí!”. Pero ningún bando se movió.


En el sector del frente, luego de la serenata un alemán empezó a avanzar hacia las trincheras británicas, seguido por media docena de otros alemanes, todos desarmados con las manos en los bolsillos. Por un momento pareció que iban a rendirse pero los ingleses también empezaron a salir de sus trincheras.


Amaneció el día de Navidad frío, claro, refrescante… y pacífico. La tierra de nadie pronto se llenó con miles de soldados de ambos bandos, que caminaban unos junto a otros y se tomaban fotografías. Se improvisaron partidos de fútbol y se entabló un encuentro en toda forma, que los sajones ganaron por tres a dos.


Algunos se arrancaron botones del uniforme, para ofrecerlos como presentes de Navidad. Los soldados que tenían habilidades especiales hicieron lo que pudieron. Un barbero inglés cortó el pelo a dóciles alemanes que se hincaban en tierra. También lo fue la oportunidad de celebrar una solemne ceremonia en la Tierra de Nadie. Soldados de los dos ejércitos cavaron tumbas, unas al lado de otras, luego el capellán, con la ayuda de un estudiante de teología, alemán, ofreció un servicio fúnebre conjunto.

Al no haber disparo, un joven inglés despertó más tarde de lo habitual la mañana de Navidad. Cuando por fin se unió a los demás, se encontró con un estudiante de Leipzig, de su misma edad. El alemán había recibido un paquete de Navidad, que ambos abrieron y compartieron: dulces, un pastel y un paquete de puros.


Ambos bandos comprendían, por supuesto, que la tregua no sería bien recibida entre sus respectivos oficiales. Hubo un acuerdo tácito de guardar el secreto.


Cuando, por la tarde, se supo que un brigadier británico estaba en camino para inspeccionar el batallón, alemanes e ingleses corrieron de regreso a sus trincheras, como niños traviesos. A la hora que llegó el brigadier, los ingleses pudieron presentar un cuadro convincente de un ejército en guerra. Los centinelas miraban por las troneras y había soldados tras las ametralladoras.


Después de una breve inspección, el brigadier estaba a punto de partir cuando notó que la cabeza y los hombros de un alemán asomaban por encima del parapeto. Al exigir que se le dispare al enemigo, los soldados obedecieron pero nunca apuntando al blanco. El tercer disparo pasó silbando a pocos centímetros del enemigo, quien captó el mensaje y desapareció levantando los brazos. El brigadier pareció satisfecho con esta “victima”, y se fue. Los hombres no tardaron en volver a salir de sus trincheras.


Al ponerse el sol, casi no se habían oído disparos en todo el frente durante 24 horas. Cuando el alto mando se enteró por fin de lo ocurrido, montó en cólera. Los oficiales se alarmaron por el total desquiciamiento de la disciplina militar. También les preocupó que sus hombres descubrieran que sus enemigos no eran aquellos monstruos que, según la propaganda, había matado con bayoneta a niños y mujeres, sino gente sencilla, común como ellos mismos.


La tregua navideña de 1914 continuó en algunos sectores del frente hasta el Año Nuevo, y aún después. “tuvimos que dejar que durara todo ese tiempo”, explicó un alemán, en una carta enviada a su casa. “Queríamos ver cómo salían las fotos que ellos nos tomaron”.


Acordaron que, cuando un bando tuviese que romper la tregua, dispararían una salva al aire para dar tiempo al enemigo de volver a sus trincheras. La salva sonó el 29 de diciembre, y los hombres retornaron a toda carrera a sus trincheras.


Minutos después se reanudó el fuego, en serio. Las unidades de uno y otro bando menos dispuestas a proseguir la lucha fueron desmembradas y distribuidas en otros sectores. Un número indeterminado de soldados franceses fue pasado por las armas como escarmiento. Los alemanes poco combativos serían enviados al frente oriental.


Las cartas en las que los soldados relataban a sus familias los pormenores de esa insólita celebración navideña fueron censuradas. + (PE)


Fonte: PreNot 8637 de 23/12/2009


Conto de Natal (2): Cuento de Navidad por Ray Bradbury

El día siguiente sería Navidad y, mientras los tres se dirigían a la estación de naves espaciales, el padre y la madre estaban preocupados. Era el primer vuelo que el niño realizaría por el espacio, su primer viaje en cohete, y deseaban que fuera lo más agradable posible.

Cuando en la aduana les obligaron a dejar el regalo porque pasaba unos pocos kilos del peso máximo permitido y el arbolito con sus hermosas velas blancas, sintieron que les quitaban algo muy importante para celebrar esa fiesta. El niño esperaba a sus padres en la terminal. Cuando estos llegaron, murmuraban algo contra los oficiales interplanetarios.

-¿Qué haremos?
-Nada, ¿qué podemos hacer?
-¡Al niño le hacía tanta ilusión el árbol!

La sirena aulló, y los pasajeros fueron hacia el cohete de Marte. La madre y el padre fueron los últimos en entrar. El niño iba entre ellos, pálido y silencioso.
-Ya se me ocurrirá algo -dijo el padre.
-¿Qué...? -preguntó el niño.

El cohete despegó y se lanzó hacia arriba al espacio oscuro. Lanzó una estela de fuego y dejó atrás la Tierra, un 24 de diciembre de 2052, para dirigirse a un lugar donde no había tiempo, donde no había meses, ni años, ni horas.

Los pasajeros durmieron durante el resto del primer "día". Cerca de medianoche, hora terráquea según sus relojes neyorquinos, el niño despertó y dijo:
-Quiero mirar por el ojo de buey.
-Quiero mirar por el ojo de buey.
-Todavía no -dijo el padre--. Más tarde.
-Quiero ver dónde estamos y a dónde vamos.
-Espera un poco --dijo el padre.

El padre había estado despierto, volviéndose a un lado y a otro, pensando en la fiesta de Navidad, en los regalos y en el árbol con sus velas blancas que había tenido que dejar en la aduana. Al fin creyó haber encontrado una idea que, si daba resultado, haría que el viaje fuera feliz y maravilloso.

-Hijo mío -dijo-, dentro de medía hora será Navidad.

La madre lo miró consternada; había esperado que de algún modo el niño lo olvidaría. El rostro del pequeño se iluminó; le temblaron los labios.
-Sí, ya lo sé. ¿Tendré un regalo? ¿Tendré un árbol? Me lo prometisteis.
-Sí, sí. todo eso y mucho más -dijo el padre.
-Pero... -empezó a decir la madre.
-Sí -dijo el padre-. Sí, de veras. Todo eso y más, mucho más. Perdón, un momento. Vuelvo pronto.
Los dejó solos unos veinte minutos. Cuando regresó, sonreía.
-Ya es casi la hora.
-¿Puedo tener un reloj? -preguntó el niño.

Le dieron el reloj, y el niño lo sostuvo entre los dedos: un resto del tiempo arrastrado por el fuego, el silencio y el momento insensible.
-¡Navidad! ¡Ya es Navidad! ¿Dónde está mi regalo?
-Ven, vamos a verlo -dijo el padre, y tomó al niño de la mano.

Salieron de la cabina, cruzaron el pasillo y subieron por una rampa. La madre los seguía.
-No entiendo.
-Ya lo entenderás -dijo el padre-. Hemos llegado.

Se detuvieron frente a una puerta cerrada que daba a una cabina. El padre llamó tres veces y luego dos, empleando un código. La puerta se abrió, llegó luz desde la cabina, y se oyó un murmullo de voces.

-Entra, hijo.
-Está oscuro.
-No tengas miedo, te llevaré de la mano. Entra, mamá.

Entraron en el cuarto y la puerta se cerró; el cuarto realmente estaba muy oscuro. Ante ellos se abría un inmenso ojo de vidrio, el ojo de buey, una ventana de metro y medio de alto por dos de ancho, por la cual podían ver el espacio. El niño se quedó sin aliento, maravillado. Detrás, el padre y la madre contemplaron el espectáculo, y entonces, en la oscuridad del cuarto, varias personas se pusieron a cantar.

-Feliz Navidad, hijo -dijo el padre.

Resonaron los viejos y familiares villancicos; el niño avanzó lentamente y aplastó la nariz contra el frío vidrio del ojo de buey. Y allí se quedó largo rato, simplemente mirando el espacio, la noche profunda y el resplandor, el resplandor de cien mil millones de maravillosas velas blancas. (PE)

Fonte: EcuPress - PreNot 8634 de 22/12/2009

Contos de Natal (1): El robo de la gran tienda por por Josep Castelló [Barcelona, España, UE]

Es mitad de diciembre, casi ya Navidad, tiempo de esperanza según la tradición cristiana. El público acude a los comercios a proveerse de regalos. Estamos en una tienda de gran superficie, perteneciente a una cadena de ámbito internacional especializada en útiles y vestimenta para diversas actividades deportivas. La gran nave está abarrotada de mercancía y de gente. Las dependientas no dan abasto a atender lo que les piden, por lo que el público se las arregla como puede para encontrar lo que busca. Todo el mundo remueve las estanterías repletas de género, aunque sin demasiada idea de donde tiene que buscar.

Quien vigila a través de las cámaras ve un cliente que, por su aspecto, le parece sospechoso y decide observar atentamente sus movimientos, en previsión de que pudiese ser un ladrón. La gran densidad de gente hace difícil ver lo que en realidad hace cada cual, pero aun así el vigilante concentra su atención en ese joven, dispuesto a evitar que hurte nada.

Al cabo de un rato, después de recorrer diversas zonas de la tienda sin que aparentemente haya encontrado lo que buscaba, el joven sale por la puerta de “salida sin compra” y se dirige a la “salida al exterior”.

El encargado de las cámaras, persistiendo en su sospecha, activa el cierre de las puertas y avisa a un guardia de seguridad, quien se acerca al joven y tras un breve intercambio de palabras trata de hacerlo entrar en un cuarto contiguo.

El joven se niega. Discuten, forcejean... y el guardia va a parar al suelo. En aquel momento un espontáneo surge de entre el público y arremete contra el joven, lo que da tiempo al guardia a incorporarse y volver a la pelea. Entretanto ha sido alertado otro guardia de seguridad de la empresa y entre ambos y el espontáneo sujetan y maniatan al “sospechoso”. Lo arrastran hacia el cuarto, se encierran dentro y a poco aparece una patrulla de policía que entra también en el cuarto y cierra tras de sí la puerta.

Todo ha concluido. El orden ha sido restablecido. Alguien apunta que una buena paliza y un tiempo entre rejas enseñarán a ese desgraciado a respetar a los agentes de seguridad.

La paz es un bien estimable. El orden y las fuerzas que lo garantizan merecen todo nuestro apoyo. Los atentados a la propiedad privada de las grandes cadenas de tiendas debieran ser considerados acciones terroristas, por cuanto que alteran la paz y subvierten el orden establecido.

Pasado ya el susto, la gente vuelve a entregarse a la grata tarea de comprar sus regalos navideños, puesto que sin ellos no se concibe hoy la Navidad en nuestra “civilización occidental cristiana”.
Tiendas como la presente contribuyen a mantener la ilusión navideña, un año tras otro, en nuestra opulenta sociedad sin que nos lleguen los pesares de quienes dejan su vida en jornadas agotadoras de trabajo para ganar un mísero sustento.

Lejos nos quedan las maquilas y la miseria de quienes en ellas trabajan en régimen de explotación, de esclavitud casi, sin derechos laborales, donde el menor reclamo conlleva el despido inmediato y las reivindicaciones colectivas son tenidas por alteraciones del orden público y reprimidas como tales por la policía.

Cierto que, si bien se mira, ese orden que impone la pobreza a millones de seres humanos equivale a robarles la vida en beneficio nuestro. Pero desde la perspectiva de la moral capitalista que nos rige no hay que tener por ello cargos de conciencia, porque el robo de esas vidas no es robar sino “crear riqueza”.

Entonemos pues aleluyas y gocemos de los beneficios que el “sagrado” orden establecido nos reporta. ¡Qué duda cabe de que vivimos en el mejor mundo posible! ¡FELIZ NAVIDAD! (PE)

Fonte: EcuPRESS. PreNot 8631 de 21/12/2009

Compartimos imperdibles: De un discurso de José Mujica, Presidente Electo de la República Oriental del Uruguay.

Me gusta pensarme como alguien que le gusta darse baños en piscinas llenas de inteligencia ajena, de cultura ajena, de sabiduría ajena. Cuanto más ajena, mejor. Cuanto menos coincide con mis pequeños saberes, mejor.……

Lo que digo, no lo digo como chacarero sabiondo, ni como payador leído, lo digo buscando con ustedes.

Lo digo, buscando, porque sólo los ignorantes creen que la verdad es definitiva y maciza, cuando apenas es provisoria y gelatinosa. Hay que buscarla porque anda corriendo de escondite en escondite. Y pobre del que emprenda en soledad esta cacería.……

La inteligencia que le rinde a un país es la inteligencia distribuida. Es la que no está sólo guardada en los laboratorios o las universidades, sino la que anda por la calle.
La inteligencia que se usa para sembrar, para tornear, para manejar un autoelevador o para programar una computadora. Para cocinar, para atender bien a un turista, es la misma inteligencia.
Unos subirán más escalones que otros, pero es la misma escalera….Para todo se precisa la misma mirada curiosa, hambrienta de conocimiento y muy inconformista.
Se termina sabiendo, porque antes supimos estar incómodos por no saber.……

Sueño con un país en el que los padres le muestren el pasto a los hijos chicos y le digan: “¿Sabés qué es eso?, es una planta procesadora de la energía del sol y de los minerales de la tierra”.
O que les muestren el cielo estrellado y hagan piecito en ese espectáculo para hacerlos pensar en los cuerpos celestes, en la velocidad de la luz y en la transmisión de las ondas.
Y no se preocupen, que esos uruguayos chicos igual van a seguir jugando al fútbol. Sólo que, en una de esas, mientras ven picar la pelota puedan pensar a la vez en la elasticidad de los materiales que la hacen rebotar.……

Había un dicho: “No le des pescado a un niño, enséñale a pescar”.
Hoy deberíamos decir: “No le des un dato al niño, enséñale a pensar”.
Tal como vamos, los depósitos de conocimiento no van a estar más dentro de nuestras cabezas, sino ahí afuera, disponibles para buscarlos por Internet.
Ahí va a estar toda la información, todos los datos, todo lo que ya se sabe.
En otras palabras, van a estar todas las respuestas.
Lo que no van a estar son todas las preguntas.
En la capacidad de interrogarse va a estar la cosa. En la capacidad de formular preguntas fecundas, que disparen nuevos esfuerzos de investigación y aprendizaje……

Antes les decía que la inteligencia que le sirve a un país es la inteligencia distribuida.
Ahora les digo que el inconformismo que le sirve a un país es el inconformismo distribuido.
El que ha invadido la vida de todos los días y nos empuja a preguntarnos si lo que estoy haciendo no se puede hacer mejor……

Una cultura del inconformismo es la que no nos deja parar hasta conseguir más kilos por hectárea de trigo o más litros por vaca lechera.
Todo, absolutamente todo, se puede hacer hoy un poco mejor que ayer.
Desde tender la cama de un hotel a matrizar un circuito integrado.
Necesitamos una epidemia de inconformismo.
Y eso también es cultural, eso también se irradia desde el centro intelectual de la sociedad a su periferia……

Fonte:
30/12/2009 - PreNot 8650
Agencia de Noticias Prensa Ecuménica
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www.ecupres.com.ar
asicardi@ecupres.com.ar

EcuPRESS - Testimonio: Del 25 al 31... por Adolfo Pedroza [Rosario, Santa Fe]

Muchos optan por decir... tiempo de balance. Se meten en sesudos análisis de sus vidas y relaciones en el tiempo que pasó ya los trescientos cincuenta y pico de días. Debo reconocer que nunca me interesó está práctica mas allá de pensar tres o cuatro cosas importantes y seguir en los proyectos que venía.

Hoy desocupado y habiendo pasado con creces el codo de los 50; salgo de mis anteojeras y voy “oteando el horizonte de lo macro”; para preguntarme ¿Cómo estoy? ¿En que mundo vivo? ¿Entiendo yo este tiempo? La visión de desocupado no hace falta ilustrarla porque todos ya saben que forma parte de una realidad de nuestro país y el mundo, y además es un tema que
nuestros amigos y conocidos - que tienen trabajo - esquivan. Y yo quiero que ellos lean estas líneas, que al fin y al cabo son de las que hablamos cuando nos encontramos.

Si el punto de inicio es nuestra provincia, Santa Fe, festejamos un socialismo al cual le cuesta manejar la crisis general que se vive, sobre todo en lo que hace a conductas corruptas ya instaladas y generalizadas que son difícil de extirpar.

Mucho se ha hecho; queda mucho por hacer y el tiempo se consume. No hace falta decir lo difícil de gobernar cuando “no se es del palo”; pero bastante se hizo y se puede seguir haciendo. A “los del palo”, y ya entrando a nivel país, no les va mucho mejor; se han cometido muchos errores groseros e infantiles, por no decir mal intencionados. Se ha dejado pasar un inmejorable momento internacional de resurgir y hacerse fuerte mientras median fuerzas como chicos para dejar en claro “quien manda”; cosa que basa su ridiculez en el hecho de que nadie lo había puesto en duda.

Después nos toco la crisis como a cualquiera. Como siempre, la pagaron –y seguirán pagando- los que menos tienen. Hay también aquí oportunidades por dos años más para actuar; comenzar a hacerlo con inteligencia, escuchar a todos los votantes y gobernar con sabiduría y mansedumbre. Humildemente pienso que quizás halla que marginar el futbol por TV y poner énfasis en otras cosas que sean realmente importantes “para todos y todas”.

Pasando a lo internacional, me preocupan dos cosas, que están íntimamente ligadas. Frases de un Obama diciendo: “La guerra no debe glorificarse y tiene un costo, pero los instrumentos de la guerra tienen un papel que jugar para mantener la paz". Luego acotó sobre la paz - cínicamente para mi gusto - "la creencia de que es necesaria raramente es suficiente para lograrla". Dicen que cuando recibió la medalla expresó que lo hacía con profunda gratitud y una gran humildad; y yo
esperé que la devolviera. Parece que tendré que seguir esperando.

Que decir de una cumbre que nos esperanzó y decepcionó en igual medida alcanzando un acuerdito de mala muerte y una pálida declaración final con metas que sabemos que no se cumplirán y que, en la práctica, nadie esta obligado a nada.

La esperanza de un mundo mejor tratado y donde sea hermoso vivir, pareció esfumarse y traernos aquella frase del Hamlet de Shakespeare. “Algo esta podrido en Dinamarca”.

Al faltarle el maquillaje, la calavera va quedando más al descubierto y nos muestra la cara que todos conocemos de lo que se denomina capitalismo –que reparte hambre y miseria- y el neoliberalismo, que dentro de él va por todos los recursos naturales del planeta . En sus planes las personas somos descartables y el consumismo es el tótem de adoración.

Es evidente que entramos en nuevos tiempos y se perciben difíciles. Los consensos empiezan a verse como utopías y cuestan más nuestras luchas y denuncias. El eje de conflicto norte-sur acentúa mas las diferencias entre los que tienen y los que no tienen (tenemos). El gigante modelo capitalista, junto a su neoliberalismo y su consumismo; mata a su alrededor mientras tambalea y muchos y muchas ya nos damos cuenta sobre quienes caerá. + (PE)

Fonte:
29/12/2009 - PreNot 8648
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domingo, 10 de janeiro de 2010

CD/DVD preso no superdrive do seu Mac

Já não é primeira vez que pego um CD/DVD teimoso que não quer sair do Superdrive. Pensando nisso, trago aqui quatro dicas coletadas na rede que podem ajudar a resolver o problema pois evitam que você vá até a assistência para eles resolverem o problema em menos de 3 minutos.

1. Desligar e Ligar o MacBook e deixá-lo "em paz" durante cerca de 10 minutos. O CD sairá voluntariamente.

2. Resetar o MacBook e, quando estiver ligando, apertar e segurar o botão do touchpad. O CD sairá em poucos segundos.

3. Colocar um cartão (daqueles de empresário/advogado) ou até uma embalagem fina, de modo que ela encoste na superfície do CD e fique com uma parte para fora, sendo sempre segurada pra não cair pra dentro.

4. Inclinar o MacBook cerca de 45 graus e apertar eject.

Se nada disso der certo, sinto muito, assistência técnica nele.

sábado, 9 de janeiro de 2010

Lendo HD externa no Mac

Para aqueles que utilizam um Mac como unidade de trabalho e necessitam usar uma HD externa para transferência de dados entre máquinas Windows, Mac e Linux, a dica é usar dois softwares que permitem que o Mac esse HD, são eles, o MacFUSE e o NFTS-3G.

Software para Transcrição de Entrevistas no PC/Mac

Para quem têm problemas em transcrever suas entrevistas em formato digital usando o Windows Media Player da Microsoft, fica a dica de dois softwares interessantes que facilitam esse processo por permitirem o uso de atalhos mais curtos no teclado, como por exemplo, pausar/dar play na barra de espaços, ou ainda, avançar e voltar usando as setas direcionais.

Para usuários do Windows a dica é o Billy.


Para os usuários do Mac a dica é Express Scribe.


sábado, 2 de janeiro de 2010

Fotoetnografia da Procissão de Nossa Senhora dos Navegantes - Fevereiro de 2008

O Brasil é um país de sincretismos, e no dia 2 de fevereiro, mais do que em outros dias isso se faz presente nas ruas da cidade de Porto Alegre...

Chamada de artigos da Revista Todavia


A Revista Todavia, uma publicação eletrônica voltada para a divulgação da produção acadêmica de alunos de cursos de graduação, ou recém formados em Ciências Sociais, Antropologia, Ciência Política ou Sociologia, está com chamada de artigos para o seu primeiro número aberta. Mais detalhes...

sexta-feira, 1 de janeiro de 2010

Fotoetnografia da candidatura de Waldir Canal do Partido Republicano Braslieiro - Eleições 2008

O simples registro etnográfico feito através das lentes de uma Canon PowerShot . . .


Mauro Meirelles

É Licenciado em Ciências Sociais pela Universidade Federal do Rio Grande do Sul e Mestre em Educação, também, por esta Universidade. No período de 2005 a 2007 foi professor substituto desta mesma instituição na qualidade de Professor Assistente junto a disciplina de Prática de Ensino em Ciências Sociais.

Desde o ano de 2007, desenvolve seus estudos de Doutorado em Antropologia Social na UFRGS, sob orientação do professor Ari Pedro Oro, e atua como pesquisador junto ao Núcleo de Estudos da Religião (NER/UFRGS).

Têm experiência na área de Educação e Antropologia, em especial, no desenvolvimento de softwares e métodos de pesquisa.

Sua principal área de atuação reside nos estudos sobre Antropologia e Política, na construção e produção de indicadores estatísticos e, também, na produção de materiais destinados a Educação a distância e a formação de licenciados em Ciências Sociais.

O Ofício de Antropólogo

Todos os dias quando abrimos a janela de nossa casa e olhamos para a rua um novo mundo se descortina a nossa frente. Um mundo povoado por pessoas, por máquinas e todo tipo de artefacto tecnológico que você pensar. Dentre florestas de concreto e relações entre pessoas vivemos em uma comunidade imaginada. Um lugar onde nos sentimos seguros, protegidos da chuva, do vento e do sol.

Para este mundo trazemos os amigos e as pessoas que gostamos. Na estante, livros que registram fragmentos de nossa história. Na palavra do antropólogo a tentativa de fazer esse registro e compreender um pouco mais o mundo que o cerca.

Enquanto na escrita do antropólogo temos o registro de um tempo que passou e que ainda se faz presente, no quotidiano daqueles que vivem esse tempo, o presente manifesto de sua ancestralidade trazido pela vivida desde tempos outros. No diálogo entre aquele que vive e aquele que registra esse tempo está, pois, o ofício do antropólogo.

Currículo Vitae Resumido

Doutor em Antropologia Social pelo Programa de Pós-Graduação em Antropologia Social da Universidade Federal do Rio Grande do Sul (PPGAS/UFRGS) e Pesquisador ligado ao Núcleo de Estudos da Religião (NER/UFRGS).

Contato:

Mobile: 55 51 84548183

E-mail : mauro-meirelles@hotmail.com

Formação:

Doutorado do Programa de Pós-Graduação em Antropologia Social da Universidade Federal do Rio Grande do Sul (PPGAS/UFRGS) - Porto Alegre, 2007 - Atual.

Professor Assistente da Faculdade de Educação da Universidade Federal do Rio Grande do Sul (FACED/UFRGS) - Porto Alegre, 2005 - 2007.

Mestre em Educação pelo Programa de Pós-Graduação em Educação da Universidade Federal do Rio Grande do Sul (PPGEDU/UFRGS) – Porto Alegre, 2003 - 2005.

Licenciado em Ciências Sociais pelo Instituto de Filosofia e Ciências Humanas da Universidade Federal do Rio Grande do Sul (IFCH/UFRGS) - Porto Alegre, 1998-2002.

Formação complementar:

Oficina de Edição de Periódicos Científicos. Curso realizado junto à Universidade Federal do Rio Grande do Sul, UFRGS, Brasil. 2007 - 2007. Carga horária: 16h.

Extensão universitária em Formação de Tutores para apoio docente. Curso realizado junto à Universidade Federal do Rio Grande do Sul, UFRGS, Brasil. 2006 - 2007. Carga horária: 170h.

Extensão universitária em Fundamentos da Educação a Distância. Curso realizado junto ao Instituto Superior de Educação de Brasília, ISEB-FACGMA, Brasil. 2006 - 2006. Carga horária: 76h.

Introdução à EAD. Curso realizado junto à Universidade Federal do Rio Grande do Sul, UFRGS, Brasil. 2006 - 2006. Carga horária: 20h.

Uso Criativo e Inovador da Tecnologia. Curso realizado junto à Fundação Airton Senna, FAS, Brasil. 2004 - 2004. Carga horária: 30h.

Pedagogia de Aprendizagem por Projetos. Curso realizado junto à Fundação Airton Senna, FAS, Brasil. 2004 - 2004. Carga horária: 30h.

Artigos publicados depois de 2000

MEIRELLES, M. ; RAIZER, L. ; PEREIRA, T. I. . Escolarizar e/ou Educar? As Perspectivas do Ensino de Sociologia na Educação Básica.. Revista Pensamento Plural, v. 2, p. 105-123, 2008.

MEIRELLES, M. . As coisas fora do lugar: o deslocamento de sentido da ação e a práxis estruturada das religiões afro-brasileiras do Rio Grande do Sul.. Debates do NER (UFRGS), v. 13, p. 47-60, 2008.

MEIRELLES, M. ; ALBANO, C. ; GALLO, D. ; FERREIRA, R. S. . Trabalhos de conclusão de curso: o diálogo orientando X orientador e a aprendizagem colaborativa. Revista do CCEI, v. 10, p. 81-88, 2006.

MEIRELLES, M. . Nem sempre as coisas foram assim: Ou dos (des)encantamentos do campo político e religioso frente as eleições de 2006. Debates do NER (UFRGS), v. 7, p. 51-64, 2006.

BOLL, C. I. ; MEIRELLES, M. ; CARVALHO, M. J. . Planejamento Pedagógico Investigativo para acompanhamento de estágios docentes.. RENOTE. Revista Novas Tecnologias na Educação, v. 4, p. 1-10, 2006.

MEIRELLES, M. . O Ritual de Libertação e Cura Iurdiano segundo a perspectiva de Mikhail Bakhtin. Debates do NER, Porto Alegre, v. 6, p. 99-108, 2005.

MEIRELLES, M. . Inserção Brasileira na Era da Informação: Excluídos Digitais ou Tecnológicos?. Informática na educação, Porto Alegre, v. 6, n. 1, p. 69-83, 2004.

MEIRELLES, M. ; DI FRANCO, A. . O Político e o Religioso nas Eleições Municipais de 2004 em Porto Alegre: Ou a metáfora do Grenal. Debates do NER, Porto Alegre, v. 5, n. 6, p. 157-170, 2004.


Capítulos de livros publicados depois de 2000

BOLL, C. I. ; CARVALHO, M. J. ; MEIRELLES, M. . Hipermidi(d)áticos: a necessária discussão entre formação de professores e objetos de aprendizagem em educação a distância.. In: NEVADO, Rosane Aragón de; CARVALHO, Marie J. S.; MENEZES, Crediné Silva de;. (Org.). Aprendizagem em rede na educação a distância: estudos e recursos para a formação de professores.. 1 ed. Porto Alegre: Ricardo Lenz, 2007, v. 1, p. 55-72.

MEIRELLES, M. ; ALVES, D. . Humanismo Latino e opiniões acerca da pena de morte. In: Luiz Carlos Bombassaro; Arno Dal Ri Junior; Jayme Paviani. (Org.). As interfaces do Humanismo Latino. 1 ed. Porto Alegre: EDIPUCRS, 2004, v. 1, p. 265-276.

MEIRELLES, M. . Trabalho, Solidariedade e Cidadania em questão: alguns impasses do mundo contemporâneo frente aos valores humanistas. In: Ari Pedro Oro. (Org.). Representações Sociais e Humanismo Latino no Brasil Atual. Porto Alegre: Editora da Universidade - UFRGS, 2004, v. , p. 141-174.